TRES TIEMPOS

Pasa el cursor por la imagen para explorar los Tres Tiempos

FOUND WARMTH IN THE COLD CITIES

Sentía en el aire esa extraña atmósfera frenética justo antes de una gran tormenta. Ya no distinguía el dentro del fuera. A veces buscaba viajar en el tren a ninguna parte solo para estar rodeado de rostros extraños pero que creía poder amar, necesitando el calor humano porque lo sabía bálsamo profundo.  Suponía que, quizás, la velocidad del vagón aceleraría esa positividad ansiosa dentro de su cuerpo, que la agitaría entre cielos cambiantes llenos de océano; de enormes edificios abandonados, aunque familiares; de duros suelos con trazas de haber sido bailados; de vías de tren hechas un manojo de metal y madera; de escaleras paradójicas que subían a la parte más baja; de manos que buscaban quererlo pero que no lograban comprender su verdadera forma.

Desde un punto preciso entre el ombligo y la espina dorsal, se removía una tierra húmeda, fértil, que le empujaba simultáneamente con sus raíces a la tierra y hacia arriba, lleno de ramas viejas que crujían fisurando el cemento de las calles. 

Se hizo el silencio, y pudo entonces oler una lámina de agua fría e infinita, unas brasas a punto de extinguirse y el amanecer detrás de las nubes.

ONE FOR THE EDGY MOMENTS

Desde hacía días sentía que la tormenta estaba inundando su cobijo. Estaba emborronando suavemente cada rincón, como si el agua de la lluvia desembocara sin remedio en un río que fluía dentro y cristalizara cada sonido, cada olor y cada roce de lo que le rodeaba. Se encontró envuelto en estrechas calles que desembocaban en infinitas ramificaciones, una mezcla de ciudades conocidas y de un territorio imaginado; en inmensas estructuras imposibles que trepaban por recovecos insalvables; en el estrépito de las vías del tren en un paso de nivel; en el humo de los barcos llegando al puerto. Un un viento frío quedó atrapado en la habitación vacía, difuminada, que había sido casa.

Quedó quieto, sin tratar de moverse en un lugar que ya no creía que le perteneciera, si es que alguna vez lo había hecho, y dejando trabajar al río tranquilo, bebiendo del agua de aquella tormenta intrusa.

THE KEEP IT GOING MIND STATE

Cae por un abismo azul, lento, hacia un vacío infinito. Mientras desciende, la luz se filtra tenue por la superficie del agua. No recuerda cómo ni cuándo llegó hasta aquí, pero el suave latido en sus oídos y en su centro más primitivo, le permite seguir sin miedo. Flota entre bancos de peces, ruinas llenas de musgo y seres extraños que le miran indiferentes.

Le recorre una energía sólida y brillante que le guía por el fondo oceánico. A lo lejos divisa lo que parecen cuerpos estelares, y que al acercarse se revelan como pequeñas hogueras submarinas. Cada una de ellas le habla de una vida antigua y familiar. Había sido pájaro que sobrevolaba el Amazonas, navegó como ola fugaz en una corriente del mar del Norte, vivió como árbol del café en algún lugar del África central, fue barca de madera de un pescador portugués, y otras muchas cosas que quedaron dentro del fuego inextinguible en el fondo del océano. Siguió caminando con el sol interior que latía con pulso seguro y guiaba su huella serena. 

Música – Malak Haynes

Ilustración – Claudia Sicilia Venegas

Agradecimientos e infinito aprecio a Malak, por confiar en mi para imaginar e ilustrar paisajes para su música. Descubre más sobre él en Soundcloud | Bandcamp | Spotify | Youtube